¿Es lo mismo asesorar a una organización que prestarle servicios de consultoría? ¿Cuáles son las principales diferencias? La mirada externa, ¿puede aportar valor? ¿o al no pertenecer al proyecto el involucramiento es nulo?.
Es conocida una crítica de Steve Jobs sobre el mundo de la consultoría, quien entendía que era como una imagen muy precisa de la realidad organizacional, pero bidimensional, sin la experiencia de hacerlo realmente, sin ser dueño de los resultados. En ese sentido el venir desde afuera era visto de forma negativa, y si bien puede ser una opinión acertada en muchos casos, también es verdad, que eso puede tener un sinfín de beneficios.
La consultoría, se trata de un servicio profesional, es decir de un intangible, es la actividad que realiza un consultor, es quien logra responder consultas ante preguntas puntuales de sus clientes, los hay en distintas áreas y especializaciones: política, gestión organizacional, energía, deporte, y muchas otras actividades, artes y oficios. En términos generales se trata de un experto que brinda su conocimiento y experiencia, haciendo de ello su profesión.
Si bien los términos asesor y consultor son vocablos multivalentes, en términos generales se entiende una principal diferencia entre ambos, el primero, por lo general, lo hace sin involucrarse en la implementación del proyecto o acción, mientras que el segundo se integra al mismo, colaborando con su ejecución. Existen perfiles que realizan ambas actividades, diseñando e implementando.
Son reiterados los casos en los que este tipo de actividades son menospreciadas por algunas organizaciones y profesionales, en principio, y al tratarse de un intangible, se considera una pérdida de dinero, al no poder ver inmediatamente el resultado, no se lo entiende como una inversión, sin embargo, son sobrados los ejemplos en los que un consultor y un asesor aportan valor a las organizaciones, algunas empresas hubieran permanecido en el mercado, de haber escuchado sus recomendaciones, otras podrían haber ahorrado muchísimo dinero, tiempo, entre otros recursos.
¿Por qué considerar a un consultor-asesor?
- La organización incorporaría y se asociaría a un experto en la materia;
- Contaría con un servicio singular a un bajo costo, al trabajar de forma autónoma, la organización no debe hacerse cargo de un salario fijo con sus respectivos aportes e impuestos;
- Tendría una mirada externa que podría observar de una manera más atenta y descomprometida, debido a que no tiene un vínculo estrecho con los integrantes del equipo;
- Podría comunicar cuestiones relevantes para la organización sin asumir los mismos costos relacionales de un empleado permanente;
En general, se trata de un profesional con una mirada de 360 grados, por las múltiples experiencias y conocimientos que tiene en su haber, muy probablemente pueda realizar aportes innovadores para su organización, a fin de perpetuar el negocio, o mejorar sus prestaciones agregando valor. Contar con este tipo de profesionales puede ser una inigualable oportunidad para: concretar inversiones, resolver conflictos, captar incentivos públicos, evitar pérdidas innecesarias; reinventar la organización y sus unidades de servicios y negocios.
En resumen, podemos entender que va a depender mucho de la o las personas a cargo del servicio, en caso de perfiles comprometidos y responsables, suelen ponerse la camiseta de sus clientes, y ven en cada proyecto una oportunidad de aplicar toda su experiencia profesional interpretando los logros como propios.